jueves, 21 de agosto de 2008

Un día maravilloso...

Os contaba ayer que estábamos en el Monasterio Benedictino de Samos... bien, iniciamos un camino hacia Sarria, donde de nuevo descubrimos que el Camino de Santiago de vez en cuando se convierte en el "timo" de Santiago. Me explico.

Las flechas amarillas que son el símbolo del Camino deberían indicar las rutas más cortas y más rápidas para quien va andando. Y es que caminando dos kilómetros pueden suponer la diferencia entre una jornada maravillosa y una tortura gallega. Pues bien. camino a Sarria volvieron a hacernos el lío para que pasásemos por la mayor cantidad de pueblos posibles....¡y sin tan solo un bar!

Sarria es una ciudad imponente en su sencillez. El hecho de que hubiera fiera de ganado le daba un aroma especial a la llegada.... literalmente hablando. Nos encontramos con un convento de Mercedarios....¡fundado por los agustinos! Resulta que unos agustinos italianos, peregrinos a Santiago, a su regreso fundaron el convento de la Magdalena para acoger a los peregrinos que regresaban a sus tierras.... y gracias a Mendizábal los Mercedarios ocupan ahora el hermoso claustro de los antiguos eremintas... Por aquí los novicios dicen que bien quedado para los Mercedarios... que no tenemos ganas de venir a lugares tan grises y lluviosos.

La verdad es que los dos malteses se están enfrentando a un mundo nuevo. El color verde y el concepto de "bosque que no se acaba nunca" parace que no tienen equivalentes en Malta. Al principio les gustaba pero llevan un poco de terror ante las constantes amenzas de lluvia... y es que ya se sabe que en Galicia si no hace sol, llueve.

La jornada de hoy nos ha llevado a Portomarín y al simbólico "kilómetro 100". Parece que por fin hemos llegado al comienzo del fin. Nos quedan cuatro días de camino, los pies están al límite pero con un poco de suerte y con nuestra ya famosa humildad y paciencia es bastante probable que lo consigamos.... Lo siento por los desesperanzados... pero creo que los cuatro peregrinos llegaremos a Santiago.

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