domingo, 10 de agosto de 2008

entrada de luke

DIA 1: Como tantas veces ha dicho el insigne Antonio Villalba: “Si hay una suerte difícil en esto del escribir, esa es la de plasmar los sentimientos”. Pero para describir como me siento ahora no es tan difícil… He empezado el “camino” con muchas ganas, me sentía como el rey del monte, dejando el esplendor de la ciudad de Burgos atrás. El paisaje de la mañana con un dulce amanecer de prisa se cambio en la dicha “verde estepa de castilla”… lo único es que en agosto no es tan verde como en las postales. Pues… bueno… psst. ¿El camino se hace caminando, no? El calor del sol llameando no me pareció tan agradable a mediodía. HERMANO SOL, TÚ NOS TRAES LA ALEGRÍA Y DEL SEÑOR, EL AMOR. POR TU BELLO DÍA. … No tengo duda alguna que la alegría del Señor no esta en el sol de Castilla. Imperturbablemente, junto a José (si como Terence y Miguel nos habían ya adelantado…) hemos seguido caminando por las estepas desiertas y zas no podía caminar más. Por nuestra suerte dos peregrinos jóvenes han venido en nuestro socorro con un poco de agua. [Anoto importante: siempre parar a rellenar la botella de agua] Al llegar al albergue lo único que me interesaba era la cama, o cualquier otra superficie horizontal donde descansar.
Se acostó mío Cid cuando la noche llegó, soñó un sueño dulce, ¡qué bien que durmió! El ángel Gabriel a él vino en visión: «Cabalgad, Cid, el buen Campeador, «que nunca en tan buen hora cabalgó varón; «mientras que vivieseis tendréis buen honor».
Cuando despertó el Cid, la cara se santiguó.

DIA 2: Mas estepa. Más desierto. No recuerdo como es el color verde. En los pasillos del colegio s. Agustín de Palencia hay mas naturaleza y color que en 10km de desolación de campo de Castilla. Punto. Hemos subido un pico (no muy alto pero bastante cansoso) para encontrar dos mesas al sol donde hemos hecho un rato de descanso y lectura del evangelio de la transfiguración. En la bajada empezó a molestarme otra vez el tobillo. Total que después de lo que me parecía miles y miles de kilómetros, todavía no estábamos ni a mitad del camino. Con mucho cariño me han comprado un bastón, y un jubilado (con bastante pesadez...) insistió a cantarnos una poema intitulada “soy cristiano”. ¡Tenia ganas de romper el bastón cuando Miguel le pidió de cantarla otra vez para grabarla en el móvil! ¡”·$T!·$%
Después de buen rato, más desierto, más nada, no podía caminar más. El tobillo me dolía. La mochilla pesaba sobre la espalda como un camión a 16 ruedas. Por mi suerte estaba a mi lado SuperMiguel – el caballero oscuro – y después de un buen rato cojeando, me han enviado socorro en coche. Después de una buena comida hemos ido a las emergencias en Frómista, y desde allí hasta el colegio en Palencia (donde estoy ahora…)

Ahora lo único que puedo hacer es esperar…

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